¿Cuánto Odio Hay en Mi Corazón?

¿Tienes compasión por los perdidos? Estoy segura de que la mayoría de nosotros responderíamos de inmediato con un rotundo “¡Sí!” Pero piensa en esa pregunta y luego piensa en tus acciones. ¿Se alinean?

¿Realmente tienes compasión por los perdidos? ¿Estás más preocupado por su destino eterno o por tu parada?

Tal como está escrito: “A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí.” ¿Qué diremos entonces? ¿Es Dios injusto? ¡Para nada! Porque dice a Moisés, Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. No depende, por tanto, del deseo o del esfuerzo del hombre, sino de la misericordia de Dios.  Romanos 9:13-16

En Lucas 7, vemos la parábola de la mujer pecadora. Jesús fue invitado a cenar en casa de un fariseo. Una mujer se presentó con un frasco de alabastro lleno de perfume y comenzó a llorar a los pies de Jesús. Le secó los pies con el cabello, los besó y los perfumó. Esto enfureció al fariseo. Quería decirle a Jesús exactamente quién era esta mujer y por qué su pasado debería haber disgustado a Jesús.

“Dos personas le debían dinero a cierto prestamista. Uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta. Ninguno de los dos tenía dinero para pagarle, así que perdonó las deudas de ambos. Ahora, ¿cuál de ellos lo amará más? Simón respondió, “Supongo que el que tenía la deuda más grande cancelada.” “Has juzgado correctamente,” dijo Jesús. Luego se volvió hacia la mujer y le dijo a Simón, “¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa. No me diste agua para mis pies, pero ella mojó mis pies con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. No me diste un beso, pero esta mujer, desde que entré, no ha dejado de besar mis pies… Por eso, te digo, sus muchos pecados han sido perdonados –como lo ha demostrado su gran amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, poco ama.” Entonces Jesús le dijo, “Tus pecados te son perdonados.”  Lucas 7:41-48

¿Coincide tu corazón con lo que estás proyectando? ¡Necesitamos proyectar a Cristo sin miedo! Necesitamos estar menos preocupados por nuestra imagen y más preocupados por aquellos que están perdidos.

A la mujer pecadora de esta parábola sólo le importaba sentarse a los pies de Jesús. Simón pensó que había llegado. El estaba cómodo y sentado con Jesús cuando debería haberle mostrado el amor que la mujer le estaba mostrando.

Si un camión se dirigiera por la calle y vieras a una persona parada en medio de la carretera, ¿no la abordarías para rescatarla de un accidente? Un camión se dirige hacia muchos que se acercan a nosotros, y estamos haciendo todo lo posible para apartarlos del camino. Para advertirles sobre su destino eterno y mostrarles lo que dice la Palabra de Dios acerca de por qué envió a Su Hijo a morir por nuestros pecados. Una muerte que nunca podremos pagar.

Penn Jillette, del dúo de comedia Penn & Teller, grabó un video compartiendo sobre el momento en que alguien le dio una Biblia. Tómate unos minutos para verlo. https://youtu.be/6md638smQd8

¿Por qué nos tiraríamos hacia atrás y no compartiríamos a Cristo con personas que pueden ir al infierno? ¿Cuánto hay que odiar a una persona para no compartir a Cristo con ella?

Si tu cónyuge se comunicara con nosotros, ¿te gustaría que lo señaláramos con el dedo y nos deshiciésemos de él, o que nos sentáramos y le mostráramos quién es Jesucristo y qué dice Su Palabra?

Me imagino que querrías lo último.

Vivimos en una época en la que las personas no solo tienen incredulidad en Jesús; ellos están en oposición a Dios. ¡No podemos rendirnos! Necesitamos ser intencionales acerca de alcanzar a las personas para Cristo. ¿Cómo luce tu campo misionero? Pudiera ser el hombre o la mujer a quien culpas por la ruptura de tu matrimonio. Pudiera ser un jefe o un compañero de trabajo. ¡El Evangelio es para todos!

Pídele al Señor que te dé valor para proclamar a Cristo al mundo perdido y herido que te rodea.

Que Dios le bendiga,