¡Escucha, Oh Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad. Deuteronomio 6:4-9
Puede ser fácil desanimarse cuando ves que tu cónyuge está viviendo en pecado. Saúl persiguió y mató cristianos antes de que Jesús le hablara en un encuentro. Después de esa experiencia personal con Jesús, su corazón fue tan transformado, que le fue dado el nombre de Pablo. A través de el, Dios le dio origen a muchas iglesias como leemos en el Nuevo Testamento. Yo oro regularmente para que los cónyuges pródigos tengan el mismo tipo de encuentro con Jesucristo.
La siguiente declaración es digna de confianza, y todos deberían aceptarla: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el peor de todos. Pero, Dios tuvo misericordia de mí, para que Cristo Jesús me usara como principal ejemplo de su gran paciencia aun con los peores pecadores. De esa manera, otros se darán cuenta de que también pueden creer en él y recibir la vida eterna. 1 Timoteo 1:15-16
Tu estás luchando en contra del pecado generacional del divorcio. Puede ser que ya tengas un divorcio en tu familia de otra generación. Una de las razones por las que estoy compartiendo sobre ser un ejemplo es para que tu parada no sea solo para que tu matrimonio sea restaurado, sino para las futuras generaciones que van a seguir.
El abuelo de Bob se divorció de su abuela. Cuando finalmente yo me di cuenta de las implicaciones del divorcio, yo no quería que lo que Bob y yo hicimos fuera pasado a mis hijos, nietos, o futuras generaciones.
Tu puedes convertirte en un faro de luz para que otros vean cómo el Señor puede cambiar sus vidas y matrimonios antes de que ellos tengan sus propias crisis. Mientras tus amigos te ven crecer en el Señor, comparte con ellos el poder de resurrección de aceptar a Jesucristo como Salvador y Señor de sus vidas.
“No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación. Pero derramo amor inagotable por mil generaciones sobre los[a] que me aman y obedecen mis mandatos.” Éxodo 20:4-6
Tu puedes hacer una diferencia ahí mismo donde estás hoy, incluso aunque tu matrimonio no sea restaurado inmediatamente. Haz una diferencia en la vida de tus hijos y en cada persona que puedas conocer a lo largo de tu vida. Dios conoce el impacto que tu o los miembros de tu familia pueden hacer en la historia cristiana. ¡Nunca dudes de los planes y propósitos de Dios en tu familia!
Que Dios le bendiga,
